martes, 24 de septiembre de 2013

Virgen de la Merced


24-S. Hoy es el día de la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes. Nosotros lo hemos celebrado, -según una costumbre de hace unos años a esta parte- el pasado sábado. Aunque hoy por ser su día “oficial” habrá una misa en la ermita de Lapido. Si alguien se anima, a las 19.30 horas. Este título de la Virgen y esta forma de dirigirnos a Ella nació el 1 de agosto de 1218, fecha en la que el barcelonés San Pedro Nolasco (1180-1245) recibe la visita de la Virgen, que se presenta como "La Merced", y lo anima a fundar una orden religiosa cuya misión sería la de rescatar a cristianos cautivos.


 

            La orden se creó el 10 de agosto de 1218 en la Catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou. El Papa Gregorio IX la aprueba en 1235 y le otorga la regla de San Agustín.

 

            Fueron mercedarios San Ramón Nonato y San Pedro Armengol, los mártires San Serapio y San Pedro Pascual o el genial escritor de los siglos de oro españoles Fray Gabriel Téllez, más conocido como Tirso de Molina. Se calcula que deben su rescate a los mercedarios unas 70.000 cautivos a lo largo de la historia. Los mercedarios se hallarán entre los primeros misioneros de América. De hecho, el capellán de Colón en su segundo viaje era un mercedario.  Actualmente, los mercedarios se emplean a fondo en las llamadas “nuevas formas de cautividad”, refugiados, exiliados, inmigrantes, prisioneros, “meninos da rua” en Brasil, y de aquellos que están faltos de libertad o cuyos derechos fundamentales son conculcados.

 

            En cuanto al fundador, Pedro Nolasco nace en una acomodada familia de mercaderes, en Barcelona. A los 15 años pierde a su padre y hereda una fortuna, y a la temprana edad de 23 años, después de haber descubierto su vocación en una peregrinación a la Virgen de Montserrat, se inicia en Valencia, como seglar todavía, en la redención de cautivos, que financia con sus propios bienes. El mismo sufrirá las penalidades del cautiverio en Argelia, como también el privilegio de las apariciones, recibiendo la de la Virgen de la Merced, como ya se ha dicho, o la de ángeles y del mismo San Pedro crucificado, maravillosamente retratadas por Francisco Zurbarán. Muerto en la misma ciudad en la que había nacido, Barcelona, el año 1256 a los 67 años de edad, será canonizado en 1626 por el Papa Urbano VIII. Se celebra su fiesta el 29 de enero.

 


 
 

           Volviendo a nuestra Virgen de la Merced, que no en balde es a la que celebramos hoy, su iconografía la reviste de un amplio manto que da cobijo a un nutrido grupo de colectivos, desde presos, hasta santos, las cadenas y el grillete, y por supuesto el escapulario de la Orden Mercedaria. La devoción a la Virgen de la Merced se difundió con facilidad por todos los rincones de España y América.



 

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