24-S. Hoy es el día de la Virgen de la Merced o
Nuestra Señora de las Mercedes. Nosotros lo hemos celebrado, -según una
costumbre de hace unos años a esta parte- el pasado sábado. Aunque hoy por ser
su día “oficial” habrá una misa en la ermita de Lapido. Si alguien se anima, a
las 19.30 horas. Este título de la Virgen y esta forma de dirigirnos a Ella
nació el 1 de agosto de 1218, fecha en la que el barcelonés San Pedro
Nolasco (1180-1245) recibe la visita de la Virgen, que
se presenta como "La Merced", y lo anima a fundar una orden
religiosa cuya misión sería la de rescatar a cristianos cautivos.
La orden se creó el 10 de agosto de 1218 en la Catedral de Barcelona, en
presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou.
El Papa Gregorio IX la aprueba en 1235 y le otorga la regla de San
Agustín.
Fueron mercedarios San Ramón Nonato y San Pedro Armengol, los
mártires San Serapio y San Pedro Pascual o el genial escritor de los
siglos de oro españoles Fray Gabriel Téllez, más conocido como Tirso
de Molina. Se calcula que deben su rescate a los mercedarios unas 70.000
cautivos a lo largo de la historia. Los mercedarios se hallarán entre los
primeros misioneros de América. De hecho, el capellán de Colón en su segundo
viaje era un mercedario. Actualmente,
los mercedarios se emplean a fondo en las llamadas “nuevas formas de
cautividad”, refugiados, exiliados, inmigrantes, prisioneros, “meninos da rua”
en Brasil, y de aquellos que están faltos de libertad o cuyos derechos
fundamentales son conculcados.
En cuanto al fundador, Pedro Nolasco
nace en una acomodada familia de mercaderes, en Barcelona. A los 15 años pierde
a su padre y hereda una fortuna, y a la temprana edad de 23 años, después de
haber descubierto su vocación en una peregrinación a la Virgen de Montserrat,
se inicia en Valencia, como seglar todavía, en la redención de cautivos, que
financia con sus propios bienes. El mismo sufrirá las penalidades del
cautiverio en Argelia, como también el privilegio de las apariciones,
recibiendo la de la Virgen de la Merced, como ya se ha dicho, o la de
ángeles y del mismo San Pedro crucificado, maravillosamente retratadas por Francisco
Zurbarán. Muerto en la misma ciudad en la que había nacido, Barcelona, el
año 1256 a los 67 años de edad, será canonizado en 1626 por el Papa Urbano
VIII. Se celebra su fiesta el 29 de enero.
Volviendo a nuestra Virgen de la Merced, que no en balde es a la que
celebramos hoy, su iconografía la reviste de un amplio manto que da cobijo a un
nutrido grupo de colectivos, desde presos, hasta santos, las cadenas y el
grillete, y por supuesto el escapulario de la Orden Mercedaria. La devoción a la
Virgen de la Merced se difundió con facilidad por todos los rincones de España
y América.
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