Casi 12.000 peregrinos llenaron la plaza exterior a la residencia pontificia de Castel Gandolfo, para asistir a la misa con el Papa Francisco en la fiesta de la Asunción de la Virgen María.
El Papa salió por la misma puerta que el 28 de febrero se convirtió en la imagen del final del pontificado de Benedicto XVI. En un altar provisional y vestido con ornamentos sencillos, Francisco centró su homilía en la contribución de la Virgen María a la Iglesia.
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