lunes, 12 de diciembre de 2022

CURSO DE LITURGIA

 ELEMENTOS NATURALES DE LA LITURGIA (I)

La Iglesia, cantora de la naturaleza y de su Creador, y amante del simbolismo, debía aprovechar para su liturgia algunos de esos elementos como signos eficaces de valores sobrenaturales y salvíficos. El mismo Cristo los usó y les comunicó virtudes secretas en orden a la vida sobrenatural. Por ejemplo, el agua en el perdón, la saliva en el ciego, el hálito en el cenáculo, etc. Jesús explotó su simbolismo en sus discursos y parábolas: la luz, sal, vid, grano de mostaza, etc.

Vamos a analizar brevemente los principales elementos y símbolos litúrgicos que emplea la Iglesia, su significado y su uso:

Ø       LUZ

De todas las obras de la Creación, la luz parece ser la más excelente. Con ella empezó Dios a adornar el mundo. Es la más hermosa de las creaturas naturales y de ella beben la belleza todas las demás. En la Vigilia Pascual se nos da la clave. La Iglesia bendice la luz sacándola del nuevo fuego y la introduce a la iglesia con el cirio pascual. La luz, por tanto, representa y rinde tributo a Jesucristo, “Luz del mundo”, símbolo de la presencia divina y de fiesta.

Ø       FUEGO

Es, al mismo tiempo, de los elementos más misteriosos y terribles. Sin él, apenas se podría vivir. Es fuerza que quema y alumbra, mata y vivifica, destruye y purifica. La Iglesia utiliza constantemente el fuego para sus ritos:

o   Con el fuego anuncia la resurrección de Cristo, el Sábado Santo en la noche de la Vigilia Pascual.

o   En el incensario, fuego e incienso simbolizan el fervor de la oración y la entrega de nuestra vida, que se va consumiendo poco a poco como suave perfume en honor a Dios.

Ø       AGUA

Es uno de los elementos más indispensables para la vida, y henchido de simbolismo. Al principio del mundo, el Espíritu de Dios la acarició con su soplo como elemento de fecundidad; eran aguas repletas de vida vegetal y animal. Y Jesús la santificó con su contacto en las corrientes del río Jordán. El agua con el crisma forma parte de la materia del Bautismo. La Biblia está llena de fuentes, de pozos; y, con el agua del Diluvio, quiso Dios limpiar la maldad de la tierra. Y Jesús de su costado abierto hizo brotar “sangre y agua”. Y su agua calma siempre la sed.

Ø       SALIVA

Jesús la usó para curar a un sordomudo y al ciego de nacimiento. Los santos Padres la consideraban como símbolo de la sabiduría; la liturgia la ha usado tan sólo en el Bautismo, mojando en ella la nariz y oídos del bautizado. Así reproducía el gesto de Jesús al curar. De esta manera, esos órganos están ya habilitados para oír con gusto la Palabra de Dios y aspirar el perfume de la santidad. Dada la sensibilidad de los tiempos modernos, el nuevo ritual del bautismo suprimió el uso de la saliva.  

 

Fuente: Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant

 


 

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