SEAMOS LIBRES
1 El último comandante de Auschwitz, Hess,
afirmaba en su diario que el campo de exterminio había sido una inesperada
conquista técnica. Tener en cuenta el horario del ministerio, la capacidad de
los crematorios y su fuerza de combustión y el combinar todo esto de manera que
funcionara ininterrumpidamente, constituía un programa fascinante y armonioso
que se justificaba por sí mismo.
Con tales ejemplos es
evidente que no se podía continuar mucho tiempo. Todos los productos de la
atrocidad, de cuyo continuo incremento somos hoy espectadores atónitos y en última
instancia, desamparados, se basan en este único y común fundamento.
Como consecuencia de este
principio deberíamos hoy finalmente reconocer que es un engaño de Satán que
quiere destruir al hombre y al universo. Deberíamos comprender que el hombre no
puede nunca abandonarse al espacio desnudo del arte.
En
todo lo que hace, (el hombre) se hace a sí mismo. Por eso está siempre
presente como medida suya él mismo, la Creación, su bien y su mal y cuando rechaza
esta medida, se engaña. No se libera, se coloca contra la verdad. Lo cual
quiere decir que se destruye a sí mismo y al universo.
Pecado
y salvación. Benedicto XVI
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