¿Y tú qué dices?
Para ti, ¿Quién es Jesús? ¿Quién está siendo para ti hasta el día de hoy? ¿Y
qué consecuencias tiene esto para ti? Mira que nos va mucho en esto: nos va no
sólo la vida, sino la VIDA.
No hay nada que tenga más importancia. Es necesario,
imprescindible, descubrirle, conocerle, tratarle y amarle.
Pero conocerle
de oídas no basta. Hemos oído hablar de mucha gente en los periódicos y en la
televisión, pero realmente no les conocemos, porque no nos los han presentado y
no les tratamos. En el fondo, como no son nuestros amigos, nos da bastante
igual qué es lo que hagan.
Algo semejante
nos sucede con los personajes históricos –Velázquez, Colón, Napoleón-.
Interesante, decimos, pero no influyen en nuestra vida si no es por alguna
pequeña anécdota o alguna frase que anotamos. Yo vivo mi vida y aquellos
personajes me caen muy lejos.
Triste cosa
sería que Jesucristo nos cayera lejos, algo así como a veinte siglos de
distancia. O que hayas oído hablar de él y le conozcas de oídas. Porque
Jesucristo vivió hace siglos pero sigue viviendo: “Jesucristo, ayer y hoy y
siempre” (Hb 13,8). No es alguien que pasó y ha quedado en el recuerdo de los
cristianos. No: Jesucristo VIVE y es la VIDA. Él ha sido y es realmente el camino, verdad
y vida para tantos a los largo de estos dos mil años hasta el punto de que
muchos de sus seguidores han dado y dan su vida por Él.
Ser cristiano es
tener un trato personal con Cristo para luego ir pareciéndose más y más a Él.
- Pues no le conozco –dices.
-
¡Búscale!
-
No
sé, ¿cómo?
-
Vete
junto al Sagrario, porque allí está, y lee el Evangelio.
Sí, lee el
Evangelio, conoce su vida, y te harás preguntas, En los Evangelios descubrirás
cosas sorprendentes. La gente que le trataba entonces en aquellas tierras, como
también los que le han tratado a través de los siglos, no han podido por menos
de exclamar: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20, 28).
Qué
manera tan bonita de empezar a hacer tu oración.
Sí,
haz oración. Aunque tú no le veas, Él sí te ve. Aunque te parezca que no te
escucha, sí te escucha. Aunque te parezca que en el Sagrario no está, sí está,
como también está detrás de la pared de tu casa la gente que sí está y tú no
ves. Piensa cómo va tu vida, qué sentido
tiene.
Quizás este día JUEVES SANTO…., te
pueda ayudar.
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