Señor,
acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde (Daniel 3, 25.34-43)
“Tener paciencia” significa
literalmente “ensanchar el ánimo” y también “dar tiempo”, “dar largas”, “retrasar”. Eso es lo que se juega en el
Evangelio de hoy (Mt 18,21-35): perdonar equivale a conceder tiempo al otro
para pagar la deuda, y la compasión aparece en relación directa con el tiempo
otorgado al deudor para resarcirla. Pero, para eso, hay que pasar del ámbito de
la estricta justicia al de la misericordia que brota de la compasión y permitir
que el perdón, tantas veces recibido, cambie nuestra manera de reaccionar.
Fuente: Evangelio diario 2016
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