“Pensemos
esta noche de Navidad en todos los hombres que caen víctima de la humana inhumanidad,
de la crueldad, de la falta de todo respeto, del desprecio de los derechos
objetivos de cada uno de los hombres. Pensemos en aquellos que están solos, en
los ancianos, en los enfermos; en aquellos que no tienen casa, que sufren el
hambre y cuya miseria es consecuencia de la explotación y de la injusticia de
los sistemas económicos. Pensemos también en aquellos, a los que no les está
permitido esta noche participar en la liturgia del nacimiento de Dios y que no
tienen un sacerdote que pueda celebrar la Misa. Vayamos también con el
pensamiento a aquellos cuyas almas y cuyas conciencias se sienten atormentadas
no menos que su propia fe.
El
establo de Belén es el primer lugar de la solidaridad con el hombre: de un
hombre para con otro y de todos para con todos, sobre todo con aquellos para
quienes «no hay sitio en el mesón» (cf. Lc2, 7), a quienes no se
les reconocen los propios derechos.”
Beato Juan Pablo II, en la misa de nochebuena del año 1978
No hay comentarios:
Publicar un comentario