Don Leonardo Lemos, entrevista

 

Esta mañana bauticé a Hugo, Mencía e Izan, mañana le tocará en el día de San Bruno a un niño que lleva ese nombre. Es grande ser cura. Cuatro nuevos hijos de Dios, sin mérito alguno por mi parte. Felicitaciones para sus familias. Al salir, muy contento por la participación afable de un buen grupo de gente en estos Bautismos me fui a comer con unos amigos y vecinos de esta parroquia que "celebraban" los 45 de uno de ellos. La comida estuvo muy bien. El Papa dice que es bueno que los curas conozcamos a la gente por su nombre y citó que un cura le dijo que él hasta conocía el nombre de los perros de cada uno de sus feligreses. El de estos se llama Blas.  Luego me fui a la catequesis de la tarde  donde una centuria de niños llenan la capilla de la Peregrina con sus vocecillas pero aumentan mi fe cada semana. Cuando llegué faltaban 50 minutos para empezar y se me dio por ojear en internet esta página: www.infovaticana.com .

 

Allí me encontré con una interesantísima entrevista al Sr. Obispo de Ourense. Agradeciéndole una vez más que nos hubiera acompañado en la fiesta de San Juan de este año os dejo aquí los primeros párrafos y el enlace para leerla completa. Espero que os guste tanto como a mí.

 

Esta semana nos acompaña Don José Leonardo Lemos Montanet, actual obispo de Orense y uno de los últimos obispos españoles nombrado por Benedicto XVI.

Mis buenos amigos, os agradezco que hayáis pensado en mí para hacerme esta entrevista, a pesar de encontrarme en un momento apurado de trabajo debido al comienzo del curso pastoral y ante la proximidad de un viaje de diez días fuera de la Diócesis. Os ruego que me perdonéis pero no se si podré contestaros a todas vuestra preguntas.

Muchísimas gracias don José Leonardo por atendernos y por acceder a responder a nuestra entrevista. ¿Podría contarnos cómo surgió su vocación al sacerdocio?

El Señor me llamó un 19 de marzo – Día del Seminario – cuando asistía a Misa de domingo y escuchaba la homilía de un anciano sacerdote santo. El Señor se valió de las palabras encendidas de aquel anciano sacerdote para llamarme.

 

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