lunes, 11 de marzo de 2013

Sencillo y sublime: se va a rezar.

El texto de ahí abajo me lo encontré esta tarde de domingo. No puedo evitar compartirlo con los lectores asiduos de este blog. Creo que nos ayuda a rezar. Es sublime y sencillo a la vez. Podía haber escogido cualquier otro fragmento de esa o de otras homilías, pero esta tarde meditando en lo que el nuevo Papa debería acometer opté por releer a Benedicto el día que inauguró su pontificado. Me ha dicho -pongamos que se llama Pablo- que estoy triste por la situación de la Iglesia. Insisto en que desconozco de qué situación me hablas, pero te repito que creo en que el Espíritu Santo funciona y que este hombre de aquí debajo no se ha marchado sino que se ha apartado para terminar su peregrinación por el mundo haciendo lo que considera más importante: rezar. Y todo ello sin bajarse de la Cruz.





Y únicamente donde se ve a Dios,
comienza realmente la vida.

Sólo cuando encontramos
en Cristo al Dios vivo,
conocemos lo que es la vida.
No somos el producto casual y sin sentido de la evolución.
Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios.

Cada uno de nosotros es querido,
cada uno es amado,
cada uno es necesario.
Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados,
sorprendidos, por el Evangelio, por Cristo.
Nada más bello que conocerle
y comunicar a los otros
la amistad con Él.


Benedicto XVI, fragamento de la Homilia al inicio de su pontificado el 24 de abril de 2005. Si alguien desea leerla entera puede hacerlo pinchando AQUÍ.