¡Muchas gracias por todo, Benedicto XVI! Siempre estarás en nuestras oraciones y, sobre todo, en nuestro corazón
El próximo 28 de febrero, a las 20.00 h, Benedicto XVI dejará de ser Papa. Culmina así un Pontificado que ha dejado frutos abundantes para la Iglesia y para el mundo, y que ha roto moldes en la presentación de la Fe ante el mundo y en la manera de gobernar la Iglesia.
El balance es impresionante. En estos 8 años, ha escrito 3 encíclicas que componen una espléndida trilogía sobre la Fe: Deus Caritas est (2005, sobre la caridad), Spe Salvi (2007, sobre la esperanza) y Cartitas in veritate (2009, sobre “el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad”). Quizás por esto, su último regalo ha sido la convocatoria del Año de la Fe (2012-13), que aún estamos viviendo. Ha presidido 5 Sínodos de obispos: sobre la Eucaristía (2005), la Palabra de Dios en la Iglesia (2008), la situación de África (2009), los católicos en Medio Oriente (2010) y la Nueva Evangelización (2012).
Ha realizado importantes viajes fuera de Italia: en Europa, a Alemania (2005, 2006 y 2011), España (2006, 2010 y 2011), Polonia (2006), Austria (2007), Francia (2008), República Checa (2009), Gran Bretaña (2010) y Portugal (2010); en América Latina, a Brasil (2007) para inaugurar la Conferencia general de episcopado latinoamericano; en África, a Camerún (2009), Angola (2009) y Benin (2011). Viajó a Turquía, tras las huellas de Pablo (2006). Visitó los Estados Unidos y pronunció un importante discurso en la ONU (2008). Llegó hasta la lejana Australia para presidir la JMJ en Sidney (2008). Y en 2012, hace apenas unos meses, voló a México y a Cuba, y se trasladó al Líbano. ¿Cabe alguna duda sobre la importancia del legado que nos ha transmitido? Más aún, ¿cabe alguna duda sobre la entrega de Benedicto XVI a todas sus ovejas −dentro y fuera de la Iglesia− en estos apretadísimos 8 años?
Como sentido homenaje a su figura, he querido rescatar del olvido este precioso vídeo (3 minutos) que refleja la historia de su vocación sacerdotal, narrada desde su interior y contada parcialmente por su hermano. Creo que es la mejor despedida que podía dedicarle, el mejor recuerdo para esta semana en que dejará de ser Papa. ¡Muchas gracias por todo, Benedicto XVI! Siempre estarás en nuestras oraciones y, sobre todo, en nuestro corazón.
Alfonso Méndiz.