domingo, 21 de junio de 2020

Rezar en familia (14)

DOMINGO 12 del T. O. - A / para el 21-06-2020
Comentario
Jeremías 20,10-13; Rom 5,12-15; Mat 10, 26-33

Hemos pasado las grandes Fiestas del Nacimiento del Salvador y las de su paso de este mundo al Padre con las de La Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión; la Venida del Espíritu Santo, la Santísima Trinidad y la permanencia entre nosotros por la Eucaristía.
Ahora la Iglesia, por su Liturgia, nos va recomendando enseñanzas que debemos tener en cuenta para no olvidarnos de nuestro deber de Fidelidad al Señor.
 

 
En el día de hoy, de la mano de san Mateo y con las otras lecturas litúrgicas seleccionadas, se nos ofrecen unos recuerdos del mismo Jesús para que los tengamos en cuenta personalmente.
Están enmarcadas en el Discurso de la Misión, encomendada por el Señor a su Iglesia, que somos todos y cada uno de nosotros los cristianos, a fin de que no nos paremos o detengamos en la difusión de su Reino y el estilo de vida que debemos mantener personalmente, en comunidad, grupo o familia.
 
1º.- PRIMER CONSEJO DEL SEÑOR:
 
Quiere recomendarnos que no tengamos miedo. Es muy fácil tener miedo si nos fijamos en nuestras limitaciones, poquedad y valía personal. Por eso tenemos que pedir al Espíritu que hable por nosotros, y se nos recuerdan sus palabras: que somos enviados como “ovejas en medio de lobos”...Importa, pues, mucho que el Señor esté de nuestra parte para ello. Hagámonos, pues encontradizos con Él, buscándole por todos los medios a nuestro alcance hasta hacernos de verdad amigos de Dios, aunque nuestros amigos de la calle nos hagan zancadillas, no nos enfademos, pongamos buena cara, ya que así estarán contribuyendo a nuestra propia santificación, para ser más eficaces en la labor de la evangelización. Recordemos la visión de Jeremías 20.10-13: “Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes, Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará”.
Esto creo que nos viene bien recordarlo en los momentos actuales, en los que fácilmente brota la crispación; aunque, por otra parte, creo que el coronavirus nos habrá hecho reflexionar bastante: un elemento que no se ve ni se oye, pero que, sin que lo notemos, él sí “nos puede tocar y atacar” a nosotros y sin saberlo. Tomemos las precauciones oportunas y no nos desesperemos. Cosa que ya le pasó a los judíos a través del Desierto hacia la conquista de la Tierra Prometida, que a veces se desmadraban ante las dificultades.
Es importante que nos mantengamos siempre con paz y serenidad ante las dificultades, que puedan sobrevenirnos, sabiendo que la solución no vendrá de nosotros, sino que nos la dará siempre el Señor, cuando Él quiera y como Él quiera; ya que nosotros, como las gallinas, fácilmente lo que hacemos con el pico lo deshacemos con las patas; o si te da igual, al revés.

2º.- UNA CONSIDERACIÓN BÍBLICA :
Nos vendría también muy bien leer al Profeta Daniel (1ª lect.) en aquella situación de tiranías, cuando el Destierro de Babilonia, que padecieron los judíos, en los siglos III y II antes de Jesucristo, expresada en sus relatos y también en sus visiones: en el Capitulo 7, se habla de cuatro grandes bestias, que entonces gobernaban el mundo. Podría parecer que la solución estaría en otras naciones, bestias más potentes, que las dominaran. La solución no fue esa, sino que apareció un cordero, que fué arrollado por los violentos, y que revelará la misericordia como razón de ser de su vida y así salvará a todos como Cordero. Esta fue la visión del juicio divino. (v. 9),
Cristo manda a los suyos como “corderos en medio de lobos”, pero también nos dice: no tengáis miedo”. Tengamos presente que nuestra “persona” no se agota en nuestra existencia corporal. “

3º.- UNA CONCLUSIÓN PRÁCTICA:
Nuestra persona consiste en nuestra vida de relación” que hemos recibido de Dios y que debe hacer que podamos ofrecerle también nuestras “vidas” envueltas en el amor, como ocurre también con el silencioso Cuerpo y Alma de Cristo en la Eucaristía, que es el “Amor de los amores”. (Canto). Conclusión: Tratémosle con la mayor intimidad, respeto y cercanía, aunque no le veamos ni sintamos. ¡Como al “virus”! Pero que nos conquiste para Sí.
La persona se expresa como “existencia” que se realiza en el “amor, como don” de sí y que se consuma también en el cuerpo, transformándonos en “ofrenda concreta a Dios”. Matando el cuerpo no se mata la persona.
Urge por lo tanto prontitud, agilidad y disponibilidad en la labor de formación y evangelización para que todo el mundo lo sepa. Los Apóstoles, con sus “muertes martiriales”, han sido como iconos de dicha misión: “id al mundo entero”.. Con estas palabras de Jeremías terminemos como Oración:que el Señor libere la vida del pobre de la gente perversa”. Otros, les han seguido por el mundo entero. Los santos Misioneros posteriores Lo que importa es asegurar la vida eterna. Esto nos lo estamos jugando aquí y ahora. Un poco antes Jeremías confesaba: Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir. Fuiste mas fuerte que yo, y me venciste”. (v.7). Dios nos pide decisión, dar pasos comprometidos. ¿Cómo podremos contar contigo?...

Simón David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com 21 / Junio / 2020

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