sábado, 12 de agosto de 2017

Mañana va a ser un gran día

Hermosa imagen de una de las peregrinaciones de la Virgen


Mañana va a ser un gran día

“Mañana va a ser un gran día”. Prometo que así se despidió de mí hoy…pongamos que se llama Lara, una niña de 7 años en Bertamiráns. No sé a quién se lo habrá oído. Pero sí, mañana va a ser un gran día. Fiesta de la Virgen Peregrina en Bertamiráns. Día grande. Emocionado.

Ahora mismo escucho en la rectoral de Ortoño la música de la fiesta y, ¡además de la buena!…me gusta oírla porque me infunde optimismo y más si pienso que todas estas fiestas de estos días en Bertamiráns son para que nos acerquemos más a la Peregrina y hagamos pueblo, familia, comunidad... 

Sí, Peregrina, así le llamamos a la Madre de Jesús. Estos días estamos a la orilla del camino por donde ella pasa enseñándonoslo a nosotros.

- ¿Qué camino?
-¿Cuál va a ser? El de su Hijo. Ella sabe mucho de ese.

Me pregunto si nos dejará darle la mano para recorrerlo con Ella. El principio del camino que lleva a la locura del amor de Dios es un confiado amor a la Virgen María. No voy a hacer aquí ahora muchos razonamientos; pero me gusta porque habitualmente aparece gente por la capilla -hay que felicitar a este pueblo que levantó este templo en su honor hace 20 años en 1997- que se anima a hacer la experiencia de descubrir por sí misma esto que digo, tratando amorosamente a la Peregrina.

No puedo olvidar el regalo de aquel chico que el día de la Madre le puso a la suya una flor con una tarjeta que decía: Estoy hasta el coco de ser rico, porque tengo la madre que más vale del mundo. 

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