Una fiesta
distinta
Hoy, 29 de agosto, la Iglesia conmemora esta
semana el Martirio de San Juan Bautista, quien murió decapitado por anunciar y
denunciar la verdad. Juan Bautista es el único santo en la Iglesia a quien se
le celebra su nacimiento (24 de junio) y su muerte por medio del martirio (29
de agosto).
El relato de
la muerte de San Juan Bautista está en el Evangelio de San Marcos 6, 17-29, en
el que narra el banquete ofrecido por Herodes con motivo de su cumpleaños,
donde danzó Salomé, hija de Herodías, la esposa de su hermano con quien tenía
una relación adúltera.
Según el
relato del evangelio, "Herodes había mandado poner preso a Juan Bautista,
y lo había llevado encadenado a la prisión, por causa de Herodías, esposa de su
hermano Filipos, con la cual Herodes se había ido a vivir en unión libre.
Porque Juan le decía a Herodes: 'No le está permitido irse a vivir con la mujer
de su hermano'. Herodías le tenía un gran odio por esto a Juan Bautista y
quería hacerlo matar, pero no podía porque Herodes le tenía un profundo respeto
a Juan y lo consideraba un hombre santo, y lo protegía y al oírlo hablar se
quedaba pensativo y temeroso, y lo escuchaba con gusto".
El baile le
gustó tanto a Herodes que le prometió a la joven cumplirle cualquier deseo. Por
eso ella, a sugerencia de su madre, pide la cabeza de Juan Bautista, la cual le
fue entregada en una bandeja.
San Juan
Bautista, mártir de la verdad
La Iglesia
celebra el 29 de agosto la memoria del Martirio de San Juan Bautista, que
testimonia con su sangre su fidelidad a los mandamientos de Dios. Su vida nos enseña que cuando la
existencia se fundamenta sobre la oración, sobre una constante y sólida
relación con Dios, se adquiere la valentía de permitir que Cristo oriente
nuestros pensamientos y nuestras acciones.
En el retablo
principal de nuestra iglesia parroquial de Ortoño hay un relieve que conmemora
el martirio de san Juan Bautista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario