lunes, 12 de diciembre de 2016

José de Nazaret

En la ciudad de Nazaret, vivía un joven carpintero llamado José. Lo mismo arreglaba una mesa de madera que colocaba el techo de una casa o preparaba los aperos de labranza. Era un joven de poco más de 18 años, alegre y simpático que, desde hacía algún tiempo, estaba saliendo con María, una joven de su pueblo. José era un buen partido: fuerte, alegre y trabajador; además, su familia descendía del mismísimo Rey David.
José y María ya habían hecho público su noviazgo. Sus familias estaban contentas y preparando la boda de los dos jóvenes. Pero José estaba triste. En los últimos meses, María había cambiado. Estaba más silenciosa. Además había engordado un poquito… “Engordado”, pensó José. De pronto se dio cuenta: “María estaba embarazada”. Pero eso no era posible.

María y él no vivían todavía juntos. No entendía nada de lo que había pasado y no se atrevía a preguntarle a María. Él confiaba plenamente en ella, por lo que decidió callarse y, para no hacerle daño a María, decidió marcharse lejos. Así lo tenía planeado cuando se le apareció en sueños el ángel del Señor y le dijo:

-José, hijo de David, no temas casarte con María porque el hijo que lleva en su vientre es el Hijo de Dios. Cuando nazca el niño le pondrás por nombre Jesús, que significa “Salvador”, porque ha sido enviado a salvar a los hombres.

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