viernes, 11 de marzo de 2011

¿Qué tal si recuperamos la abstinencia de los viernes?


Leyes, cuantas menos, mejor, si son buenas. La abstinencia y el ayuno cuaresmales han recibido algunas indicaciones a lo largo de los siglos. Uno puede ir al mínimo legal, o puede decidirse por comer pan y agua los viernes. O por no comer, que una cosa es el mínimo exigido, y otra lo que cada uno, en conciencia, decide hacer.

Anoto aquí unas indicaciones del Código de Derecho Canónico, que creo serán útiles para deshacer algunas confusiones:


1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma.


1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

1252 La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia.


1253 La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad.


Hay quien se cree que este tipo de prácticas son del pasado, o fariseas, o legalistas, o lo que sea. Pues vale.

Se puede recordar que el viernes es un día especial para los cristianos porque es el día en que Cristo dio su vida en la Cruz por todos los hombres. Nos asociamos a esa negación de sí mismo que hizo Jesús negándonos a nosotros mismos algo. Por ejemplo, la carne. Eso es lo mínimo, claro. Hacemos abstinencia de comer carne al menos una vez a la semana para recordarnos que estamos llamados a negarnos a nosotros mismos todos los días.

El tiempo de la comida es muy importante. Jesús aparece comiendo en el evangelio en numerosísimas ocasiones. Y en el marco de la comida ocurren cosas maravillosas, desde curaciones hasta conversiones. La comida tiene un secreto que procede de su vinculación con la comida por antonomasia que es la Eucaristía. Por eso los cristianos bendecimos a Dios antes de comer. Y comemos como cristianos. Y hacemos abstinencia cuando lo manda nuestra madre…
Piensa en católico!!
Piensa diferente!!
Los viernes, ABSTINENCIA DE COMER CARNE!!


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