Como es
sabido hay pocos sacerdotes. Yo en este Adviento rezo más por esta intención…estoy
seguro de que vale la pena serlo.
Es verdad que hay muchos chavales que
jamás se han planteado la posibilidad de entregarse a Dios y a sus hermanos en
el sacerdocio, pero el Señor sigue llamando y encuentra oídos limpios y
corazones generosos que están dispuestos a responder.
Necesitamos sacerdotes; muchos sacerdotes
que sean santos, alegres, piadosos, entregados, doctos y con sentido del humor.
Este vídeo, elaborado en la diócesis de Toledo, nos habla de esto. Vale la pena
verlo.
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