Canta,
oh lengua,
el
misterio del cuerpo glorioso
y
de la Sangre preciosa
que
el Rey de las naciones
fruto
de un vientre generoso
derramó
en rescate del mundo.
Nos
fue dado, nos nació
de
una Virgen sin mancha;
y
después de pasar su vida en el mundo,
una
vez propagada la semilla de su palabra,
terminó
el tiempo de su destierro
dando
una admirable disposición.
terminó
el tiempo de su destierro
dando
una admirable disposición.
En
la noche de la Última Cena,
sentado
a la mesa con sus hermanos,
después
de observar plenamente
la
ley sobre la comida legal,
se
da con sus propias manos
como
alimento para los doce.
Al
Padre y al Hijo
sean
dadas alabanza y gloria,
Fortaleza,
honor,
poder
y bendición;
Canta,
oh lengua,
el
misterio del cuerpo glorioso
Canta,
oh lengua,
el
misterio del cuerpo glorioso
Canta,
oh lengua, gloriosa
Canta,
oh lengua, gloriosa
Canta,
oh lengua, gloriosa
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