lunes, 1 de diciembre de 2014

Novena de la Inmaculada (II)

 

Acordaos,

¡oh piadosísima Virgen María!,

que jamás se ha oído decir

que ninguno de los que han

acudido a vuestra protección,

implorando vuestro auxilio,

haya sido desamparado.

Animado por esta confianza ,

a Vos acudo,

oh Madre, Virgen de las vírgenes ,

y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me atrevo a comparecer ante Vos.

Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas,

antes bien, escuchadlas y acogedlas

benignamente. Amén


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