Comienza el verano y comienzan nuestras
fiestas patronales de San Juan. Este
himno de la alegría nos va poniendo en situación. El
Evangelio enseña que el que da con alegría, da más.
El
corazón generoso disfruta dando y no se preocupa de sí mismo; mientras que el
corazón del egoísta está sumido en la tristeza de la comparación continua y en
la amargura de comprobar que todo resulta siempre insuficiente. Que estas
fiestas nos ayuden a dar lo mejor de nosotros mismos a los demás.
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