jueves, 27 de marzo de 2014

Pastor que con tus silbos amorosos


 
Me he quedado francamente sorprendido al leer una vez más este himno que la Liturgia de las Horas pone hoy en nuestros labios. Os dejo aquí el texto y un vídeo en el que se puede oír. Descansad unos minutos y escuchad.
Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño,
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos,

vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño,
tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados,
pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?


No hay comentarios: