lunes, 21 de agosto de 2023

CURSO DE LITURGIA

15. LOS LUGARES DE LA CELEBRACIÓN  (I)

Para la celebración litúrgica hay unos espacios especialmente significativos. Se entiende por “espacio celebrativo” los lugares donde se desarrollan las acciones litúrgicas. Estos espacios litúrgicos que alberga toda iglesia, son:

v EL BAPTISTERIO. Se trata del lugar destinado a la celebración del bautismo y en el que se encuentra la fuente o pila bautismal. En los templos, el baptisterio está cerca de la puerta principal y esto tiene un significado: nos recuerda que el bautismo es la puerta de entrada en la Iglesia y, con ello, a la vida de los hijos de Dios. El ritual del bautismo lo describe así: “El baptisterio -es decir, el lugar donde brota el agua de la fuente bautismal o, simplemente, donde está colocada permanentemente la pila- debe ser reservado al sacramento del Bautismo y ser verdaderamente digno, de manera que aparezca con claridad que allí los cristianos renacen del agua y del Espíritu Santo”.

 

El baptisterio de Siena, de estilo gótico-toscano. Fuente: europeos viajeros


Baptisterio de la Catedral-Duomo de Verona, Véneto (Italia). Fuente: Flickr

v LA NAVE. El nombre deriva del latín navis (barco), posiblemente en referencia a la “barca de San Pedro”, o al Arca de Noé. La norma sigue la Basílica de Roma, con un área central y pasillos o galerías que apoyan las paredes superiores -atravesadas por ventanas- y el techo. Coloquialmente, la nave es el término que se usa para indicar la porción de la iglesia reservada a los fieles; es la parte central del templo, destinada a la asamblea que celebra la liturgia bajo la presidencia del ministro que representa a Cristo. No hay manifestación más transparente de la Iglesia que esta: la reunión de los bautizados para la celebración de la Misa.

Nave central del monasterio de Acibeiro (Forcarei, Pontevedra).        Fuente: Baúl del arte 

Este espacio va desde la puerta de entrada hasta el espacio del presbiterio; la separación de estos dos espacios siempre ha sido muy clara.  Durante la Edad Media el gran desarrollo de la predicación requirió de un gran espacio para la congregación, lo que hizo aumentar la proporción de la nave, hasta ser capaz de acoger multitudes. Este gran espacio es signo de una comunidad amplia, abierta, que tiene su fundamento no en sí misma, sino en Cristo muerto y resucitado.

v LAS CAPILLAS. Del latín capella. Cuando San Marín dividió su capa militar (cappa) y le dio la mitad al mendigo en la puerta de Amiens, envolvió la otra mitad alrededor de sus hombres, convirtiéndola así en una capa (capella). Esta capa -o su representante- se conservó posteriormente como reliquia y acompaño a los reyes francos en sus guerras, pasando a ser conocida la tienda que la albergaba como cappella o capella. Los capellanes (capellani) militares celebraban la Misa en esta tienda de campaña. Cuando la reliquia descansaba en palacio, también le dio su nombre al oratorio donde se guardaba, y posteriormente se llamó capella, chapelle, capilla, a cualquier oratorio donde se celebraba la Misa y el servicio divino. Esta explicación etimológica es de Marculfo (siglo VII). 

La capilla sixtina. Fuente: Mvsei Vaticani

Hay muchos tipos de capillas, según su conexión con (o dependencia de) otros edificios, o según los usos a los que se destinaron; así, hay capillas que estructuralmente forman parte de una iglesia más grande, las que están incluidas en edificios que no son iglesias, y las que están completamente aparte.       

En concreto, LAS CAPILLAS LATERALES son como otras tantas pequeñas iglesias dentro de la principal. Responden al deseo de dar culto a santos locales y universales de mayor devoción. 

Capilla lateral derecha de Santa Ana en Notre Dame des Victoires (Paris).                      Fuente: A Paris con Elena. WordPress.com


Fuente: (Cf) Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant


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