viernes, 20 de abril de 2012

B-XVI: siete años remando

Ayer se cumplieron siete años de la fumata bianca en la que salió elegido Papa el actual Benedicto XVI. Escuché esto y he tenido la suerte de encontrarlo hoy. Fíjense ustedes dónde me voy a enterar de que el nombre completo de Bautismo del Papa es Joseph Aloisius; es decir: ¡José Luis!

En la primera homilía pronunciada en la misa inaugural de su pontificado Benedicto XVI anunció que su programa no sería hacer su voluntad sino ponerse a la escucha de la palabra y de la voluntad de Dios, para dejarse conducir por ellas. Hoy, cuando cumple siete años de su elección, bien puede decirse que en este tiempo de turbulencias que han sacudido a la Iglesia, el Papa ha cumplido con plena fidelidad ese programa, que se remonta al día mismo en que aceptó su vocación sacerdotal hace más de seis décadas. En ese momento, el joven Joseph Aloisius Ratzinger supo que quien deja entrar a Cristo en su vida, no pierde absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande. Más aún, esa amistad con Cristo, según sus palabras, es la que abre las puertas a la vida, “porque Él no quita nada sino que lo da todo”.



Ahí está el núcleo de la catequesis que realiza desde su ordenación sacerdotal en 1951 con una humildad cautivadora, este gigante de la historia de la Iglesia: el amor de Dios y la fe que, en sus palabras “florecerá de nuevo y se hará visible como la patria que da vida y esperanza más allá de la muerte”. El amor y la fe amiga de la razón, y la alegría de vivirla, componen el retrato completo de este Papa que ha sabido interpretar como nadie los signos de los tiempos. Así ha podido abordar el diálogo con el pensamiento moderno y hacer frente a la gran tormenta que azota a la Iglesia, que él mismo advirtió con su lucidez profética cuando era arzobispo de Munich. Uno de los aspectos que maravillan de este pontificado es la templanza, humildad y alegría con que Benedicto XVI lleva el timón de la Iglesia, sin que le haya temblado el pulso para conducirla a través de las turbulencias provocadas por la infidelidad y los abusos cometidos por algunos de sus miembros.